domingo, 17 de agosto de 2014

Celebrando la Asunción de Nuestra Señora con misa, arepas venezolanas y tarjetas

Hace ya un par de días que celebramos que María, fue asunta al cielo en cuerpo y alma. Por ser la Madre de Dios gozó de este singular privilegio y fue llevada a Su lado, con su alma y con su cuerpo; a diferencia de nosotros, que el día de nuestra muerte separaremos las dos partes de nuestro ser, de modo que nuestra alma subirá a encontrarse con Dios para su juicio particular, en el que se juzgarán nuestras obras y nuestra fe y se decidirá si nuestra retribución será la plena felicidad en el cielo, la purificación del purgatorio o la condenación eterna al infierno (compendio del catecismo de la Iglesia católica, pt 208), mientras que nuestro cuerpo esperará en el cementerio corrompiéndose, hasta el final de los tiempos cuando se producirá la resurrección de los muertos ( compendio del catecismo de la Iglesia católica, pt 131).
 
Por ser una de las fiestas más importantes del catolicismo quisimos celebrarla a lo grande: en familia, con nuestros hijos y con el grupo de matrimonios de nuestra parroquia con una cena riquísima en casa de uno de los matrimonios, ya que la ocasión bien lo merecía.
 
Después de asistir a misa en familia, explicamos a nuestros hijos que era eso de la Asunción y porqué lo celebrábamos. Hicimos juntos unas tarjetas para regalar a nuestros amigos en la cena de por la noche, en las que se veía un dibujo de María siendo asunta al cielo, que decoramos con nubes de algodón y estrellas de purpurina dorada y plateada y por detrás pegamos una oración.

 
Artistas trabajando
 
 
¡Tarjetas terminadas por delante!
 
 
¡Y por detrás!
 



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